El Ayuntamiento de Comillas ha elaborado un proyecto para dotar de alumbrado público el paseo peatonal de Ruiseñada con la instalación de unas 21 luminarias, este documento se ha enviado a la Consejería de Industria, Empleo, Innovación y Comercio con el objetivo de buscar la financiación necesaria para su ejecución.
Dicho documento, elaborado y sufragado por el Ayuntamiento, contempla la instalación de unas 21 luminarias con tecnología LED, fijación de columnas, suministro y tirada de línea eléctrica subterránea por las canalizaciones dispuestas para ello, instalación de Cuadro de Mando y Protección (CMP) en el que se dispondrán los elementos de mando y protección de los diferentes elementos que conforman la instalación.
Para ejecutar esta obra el estudio elaborado por el Consistorio estima que serían necesarios unos 48.200 euros y por ello se ha remitido a la Consejería de Fomento, con el fin de lograr los fondos necesarios para llevarlo adelante.
En este sentido, la alcaldesa, María Teresa Noceda Llano, ha enfatizado que es “necesario y beneficioso para los vecinos trabajar coordinadamente entre instituciones para mejorar nuestro territorio”
A su vez, la regidora ha detallado que se están dando los “pasos necesarios para conseguir el financiamiento” y que este jueves se ha aprobado en Junta de Gobierno Local los requerimientos solicitados por el Gobierno regional entre los que se encuentran que los terrenos donde se debería actuar cuentan con las autorizaciones pertinentes y que el Ayuntamiento se hará cargo de sufragar los gastos de conservación y mantenimiento de la obra.
Según ha explicado la alcaldesa, María Teresa Noceda Llano, dotar de alumbrado público este paseo “tan utilizado por los vecinos” busca, además, conseguir un “aumento de la seguridad vial de peatones y vehículos” en las principales vías interurbanas del municipio y sus carreteras de acceso.
Además, el proyecto detalla que las nuevas luminarias racionalizarán el consumo energético, mejorarán la calidad visual de la iluminación, reducirán las emisiones de CO2 a la atmósfera, aumentará la vida útil de estos aparatos y minimizará la tasa de reposición de los equipos; así como los costes de mantenimiento anuales del alumbrado público.