Torrelavega Sí urge un pleno para consensuar una respuesta a una nueva exclusión de la ciudad en los PGE
La portavoz del Grupo Municipal de Torrelavega Sí, Blanca Rosa Gómez Morante, ha solicitado la convocatoria, urgente y extraordinaria, de un pleno de la Corporación para expresar el profundo malestar de la ciudad al quedar excluidos todos sus proyectos de futuro, incluido el Soterramiento, de los Presupuestos Generales del Estado del próximo ejercicio de una forma tan injusta como arbitraria, Una sesión que serviría para reivindicar, de manera unitaria, aquello que no es más que hacer cumplir los compromisos adquiridos por la Administración central con Torrelavega.
Gómez Morante considera que la agrupación local del PSC, instalada de manera permanente en la inactividad y la sumisión, y acatada la derrota, inmersa en sus propias luchas intestinas para foto de cartel y lista de acompañantes, abandona a la ciudad a su suerte y se aparta de cualquier reivindicación, o palabra más alta que otra, que pueda pasar factura interna. Mientras, Pedro Casares, diputado en las Cortes Generales por Cantabria, y miembro de la Comisión de Economía de la Cámara Baja, se felicita en las redes sociales por la bondad de este documento económico para la región. Algo que tiene su lógica, ya que el señor Casares es de aquellos que consideran que Cantabria es, únicamente, aquello que se contempla desde la terraza del Marítimo.
Por su parte, el PRC, que ha hecho bandera de tres partidas, Valdecilla, La Pasiega y el MUPAC, ninguna de las cuales supondrá nada para el futuro de nuestra ciudad, cree que su momento presupuestario está aún por llegar, consiguiendo en el turno de enmiendas hacerse con todo el protagonismo y mérito de la operación. Algo que aún está por demostrar, ya que hasta ahora los regionalistas solo se acuerdan de esta ciudad para traer romerías electoralistas y saraos con sabor a más de lo mismo.
Mientras, proyectos como el Soterramiento o La Lechera o las Excavadas o el desarrollo del Campus universitario o la rehabilitación del palacio municipal o la Hilera aguardan su turno, que no parece que tampoco vaya a llegar en 2 023. Todo ello convertido en un proceso injusto y doloroso para una ciudad, Torrelavega, y sus habitantes que ya viven el desencanto de su marginación presupuestaria como algo acostumbrado y redundante, como un día de la marmota que da mucha pereza volver a vivir, igual que en el ejercicio anterior.