La presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha regalado esta tarde al presidente Miguel Ángel Revilla una cinta métrica para que mida los trenes de cercanías y tome la medida a sus socios de Gobierno. “Señor Revilla, mida bien con quien ha pactado, porque las cosas en Cantabria están atascadas como los trenes”, ha afirmado.
Ha sido al final de su intervención en el pleno del Parlamento, durante un debate con Miguel Ángel Revilla sobre el declive de Cantabria y en plena polémica por el escándalo de los trenes que no caben en los túneles ferroviarios por un error en el cálculo del galibo de los túneles.
La presidenta ha recodado que además de fiscalizar al Gobierno, la labor de la oposición es contribuir al interés general de los cántabros, por lo que le ha anunciado que, de manera excepcional, iba a entregarle un pequeño obsequio.
En ese momento, ha abierto una caja con un metro, una herramienta que, según ha dicho, espera le resulte útil para lo poco que le queda de legislatura y sirva para lograr dos cosas: “que los trenes del señor Sánchez quepan en nuestros túneles y que usted, aunque ya sea tarde, tome la medida a sus socios de Gobierno”.
Durante su intervención en el pleno, la dirigente popular ha hecho hincapié en que si bien el presidente de la comunidad intenta eludir su responsabilidad en este esperpento y solucionarlo con aspavientos y pidiendo que rueden cabezas para escurrir el bulto, que es lo que hace siempre, la realidad es que el desastre que padecemos en Cantabria un día tras otro tiene un responsable claro: Miguel Ángel Revilla y su pacto con Pedro Sánchez. “El culpable no está en Cantabria, pero el responsable sí”, ha remarcado.
Para la presidenta, este caso es la máxima expresión de la incompetencia de su coalición y del abandono del sanchismo que está empujando a esta tierra a una decadencia cada vez más irreversible.
Según Buruaga, tanto el Gobierno de Revilla y sus socios del PSOE, como el Gobierno de Pedro Sánchez se han desentendido por completo de las cercanías y nada va a hacer que Cantabria recupere el tiempo perdido y mucho menos la imagen que se ha dado de región de pandereta.
No obstante, ha avisado de que lo más gordo no es que sean incapaces de garantizar algo tan elemental como el funcionamiento ordinario de la administración y que un tren quepa por un túnel.
Lo más gordo, ha añadido, es que el Gobierno de Pedro Sánchez lleva tres años tomando el pelo a los cántabros, porque este escándalo ha servido para descubrir que la fabricación no había empezado y que el Gobierno de Revilla no se había enterado, cuando el seguimiento político de este proyecto debería haber comenzado en 2020.
La presidenta ha subrayado que esto no se arregla con ultimátum que no conducen a ninguna parte - en alusión a la reclamación del PRC para que los trenes estén listos para circular a finales de 2024 - ni con ceses de técnicos convertidos ahora en cabezas de turco, como ha anunciado la ministra de Transportes.
“¡Dejen de reírse de los cántabros, por favor, porque las responsabilidades que toca asumir son políticas, políticas y de políticos!, ha exclamado.
Según Buruaga, el pacto del Partido Regionalista con el PSOE ha sido útil para los miembros de este partido y sus afines, pero un desastre absoluto para Cantabria que clama por una rectificación total y absoluta, puesto que por este camino jamás será una economía moderna y con oportunidades.
“Esto no da más de sí. Usted y su gobierno están agotados y los cántabros cansados, como lo estaría cualquier persona en su sano juicio, de los proyectos que se eternizan, de sus ocurrencias demagógicas y de sus gigantescas torpezas”, ha dicho la presidenta y ha concluido que no hay más salida que un cambio que es cada día más urgente en la comunidad.