El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, participa en el Proyecto ECOSPAS, una iniciativa financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación y que aglutina a un total de 28 investigadores de 16 instituciones nacionales e internacionales para estudiar los efectos del pastoreo tradicional en beneficio de la biodiversidad, la calidad del medio ambiente y la economía rural.
Liderada por el investigador Javier Pérez-Barbería, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB), adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el proyecto integra a científicos de universidades y centros agrarios y tecnológicos de Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Madrid, Portugal, Escocia y Australia.
En el caso de Cantabria, la participación se canaliza a través del Centro de Investigación de Formación Agrarias (CIFA), dependiente de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente
Todos ellos pretenden estudiar si el pastoreo tradicional se gestiona de forma que favorece la biodiversidad, minimiza la huella de carbono y permite su sostenibilidad socioeconómica.
El proyecto se estructura en tres áreas que investigan, respectivamente, los efectos del pastoreo tradicional en la biodiversidad; su huella de carbono, y la búsqueda de modelos de negocio basados en la economía social, recursos turísticos, digitalización y mecanismos para mejorar la integración social de las familias de pastores, además de concienciar a la sociedad de los valores del pastoreo tradicional.
Tal y como explican sus responsables, el proyecto contribuirá a hacer del pastoreo tradicional una herramienta útil para la restauración de ecosistemas y ayudar a mitigar el abandono rural.
El pastoreo tradicional representa una actividad milenaria que ha contribuido al establecimiento de grandes asentamientos humanos permanentes, ya nos que nos ha provisto de recursos naturales sin depender de seguir sus movimientos migratorios y estacionales para cazarlos.
Además, esta actividad se caracteriza por el cuidado de los animales en su medio, aprovechando el pasto natural y guiando sus movimientos para evitar el ataque de los depredadores, el daño a cosechas y otros bienes.
El pastoreo tradicional, no solo provee de carne, productos lácteos, pieles y lana, sino que de manera paralela presta otros beneficios al medio ambiente, como es fomentar la biodiversidad y, todo ello, en condiciones de alto bienestar para el ganado, si bien una excesiva presión del pastoreo tradicional en una zona tiene un efecto negativo sobre los suelos, la vegetación y la fauna que se alimenta o vive en ella.