“Cantabria no ha votado a favor del Plan Estratégico Nacional de la Política Agraria Común (PAC) 2023-2027 porque no es el plan queríamos para nuestros productores, pero hemos luchado para que en el nuevo periodo de programación se atiendan las necesidades de los ganaderos y agricultores de la región y se tengan en cuenta las peculiaridades del modelo de explotación familiar de la Cornisa Cantábrica”.
Así de contundente se ha mostrado el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, durante su comparecencia en comisión parlamentaria para informar sobre las repercusiones del Plan Estratégico Nacional de la PAC 2023-2027 en Cantabria.
Durante su intervención, el consejero ha explicado la sistemática de trabajo que ha llevado a cabo su departamento para defender “desde el primer momento una PAC fuerte” que repercuta en los ganaderos y agricultores de la región mediante una serie de “medidas transversales” que permitan modernizar el sector agrario de la región a través del conocimiento, la innovación y la digitalización en las zonas rurales.
Entre los objetivos a conseguir, ha destacado, la garantía de una renta justa para los agricultores; el aumento de la competitividad del sector; el reequilibrio del poder en la cadena alimentaria; la lucha contra el cambio climático; la protección del medio ambiente; la preservación de los paisajes y la biodiversidad; el apoyo al relevo generacional; el mantenimiento de las zonas rurales dinámicas, y la protección de la calidad alimentaria y sanitaria.
“Se ha trabajado contra reloj con un calendario muy ajustado y con un ritmo muy intenso que ha ocupado todos nuestros recursos técnicos y políticos competentes en la materia”, ha afirmado Blanco, quien ha precisado que “todavía queda mucho margen de negociación” en la concreción de los aspectos más técnicos que se recogerán en futuros reales decretos, “en los que, por supuesto, seguiremos defendiendo los intereses de nuestros productores”.
El consejero ha destacado que la postura de consenso y de implicación del sector y de sus profesionales que Cantabria ha defendido “en todo momento” para que tanto España como Europa tengan en cuenta las peculiaridades del sector primario de la Cornisa Cantábrica, que, tal y como ha recordado, “se caracteriza por un modelo de explotación familiar de ganadería extensiva y un modelo de producción que pone en valor al agricultor genuino y contribuye a compatibilizar la rentabilidad de las explotaciones con la actividad socioeconómica en el medio rural”.
“Satisfecho pero incómodo”
“Satisfecho con algunos aspectos, pero incómodo con otros”, el consejero ha reconocido que, gracias a las intensas negociaciones que han tenido lugar, el documento final “es mucho mejor” que el borrador que en un primer momento había planteado el Ministerio porque, entre otros aspectos, la ganadería familiar de la Cornisa Cantábrica “está recogida ahora mucho mejor que al principio”.
Del mismo modo, ha destacado que el Plan tiene muy en cuenta el relevo generacional, al destinar un 3% de los pagos a los jóvenes agricultores; el apoyo a la mujer, al incrementar las ayudas para agricultoras y ganaderas en el pago redistributivo y en el pago a jóvenes, y el fuerte componente social de la PAC, que, en el próximo periodo, ha recordado, destinará a España más de 47,7 millones de euros.
También ha valorado que la nueva PAC se ha negociado con el Pacto Verde Europeo como referencia y ha advertido a los productores cántabros que las exigencias medioambientales que deberán cumplir “superan con creces las que venían soportando”.
En este sentido, ha asegurado que su departamento se ha esforzado en defender aquellas prácticas tradicionales de la Cornisa Cantábrica que “no sólo no atentan contra el medio ambiente, sino que son un plus para su protección y conservación”.
En el caso de las intervenciones del primer pilar de la nueva PAC, Blanco ha informado de que el 60% de los 4.800 millones de euros anuales de ayudas directas que se contemplan para el nuevo periodo de programación se van a destinar a la ayuda básica a la renta y a la sostenibilidad, que incluye una nueva ayuda que se destina al pago redistributivo.
También ha destacado las ayudas complementarias para jóvenes, con una partida de 145 millones de euros anuales; los ecoesquemas, que supone más de 1.100 millones de euros anuales de las ayudas directas, y las ayudas asociadas e intervenciones sectoriales, con 772 millones de euros anuales.
El titular de Desarrollo Rural ha reconocido que Cantabria, al igual que el resto de comunidades autónomas de la Cornisa Cantábrica, se ha visto obligada a “cruzar algunas líneas rojas”, como aceptar que se consideren como agricultores activos aquellos que perciban menos de 5.000 euros de ayudas directas, con el fin de lograr que la nueva PAC incluyese en el concepto de agricultor activo a las personas afiliadas a la Seguridad Social como trabajadores por cuenta propia en el sector agrario.
Por otro lado, la nueva PAC ha reducido las regiones de pago, tal y como solicitó Cantabria, con el fin de facilitar a los agricultores la gestión de las ayudas. En este nuevo diseño se han tenido en cuenta las situaciones de algunas regiones de nuestra CA, en concreto, a los productores que cuentan con poca base territorial y derechos de alto valor, principalmente, localizados en la zona costera de la región.
Ecoesquemas
En el caso de los ecoesquemas, Blanco ha valorado el esfuerzo de su departamento para lograr que los ecoesquemas también hayan tenido en cuenta las realidades productivas de Cantabria, de tal manera que cada agricultor pueda acogerse, al menos, a un tipo de ecoesquema, además del esfuerzo del Gobierno de Cantabria para que en el próximo periodo de programación los productores cántabros cuenten con un buen servicio de asesoramiento para gestionar estas nuevas ayudas, que se destinan, entre otras actuaciones, al aumento de la capacidad de sumidero de carbono de los pastos mediante el impulso del pastoreo extensivo; el mantenimiento y mejora de la biodiversidad mediante la siega sostenible y el mantenimiento de márgenes sin segar en las superficies de pastos; espacios de biodiversidad en tierras de cultivo herbáceos y cultivos permanentes, así como rotaciones en tierras de cultivo.
El consejero también ha expresado su satisfacción por el mantenimiento de las ayudas asociadas a la ganadería, el aumento significativo del pago a jóvenes, la inclusión en el nuevo Plan Estratégico de intervenciones regionales que tengan en cuenta las peculiaridades territoriales, el aumento de las ayudas para la estrategia LEADER y el incremento de la contribución financiera del Ministerio para llevar a cabo este tipo de actuaciones.
También destacado el esfuerzo del Gobierno de Cantabria en los pagos del segundo pilar, para apoyar al medio rural y a los profesionales del sector primario de la región, al aumentar en un 8,3% su contribución en forma de ayudas cofinanciadas respecto al periodo anterior e incrementar el gasto medio anual del programa en casi 4 millones de euros.
Finalmente, ha subrayado el frente común de las comunidades autónomas de la Cornisa Cantábrica para lograr por parte del Ministerio una atención especial hacia las peculiaridades territoriales de Cantabria, Galicia, Asturias y el País Vasco, logrando una protección del sector de la leche y una diferenciación de la región costera de cara a neutralizar en buena medida el impacto de la futura convergencia exigida por la reglamentación comunitaria para la futura ayuda básica.