Más de 3.100 familias que residen en zonas aisladas y dispersas de Cantabria tendrán, por fin, acceso a Internet de alta velocidad. Se trata de vecinos que ahora cuentan con una señal de bajo rendimiento o que, directamente, carecen de conexión.
Así lo comunicó el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital la semana pasada, al hacer público el resultado provisional de la segunda convocatoria del Programa ÚNICO-Banda Ancha, financiado por el fondo Next Generation EU y dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Adamo ejecutará el despliegue en Cantabria
El operador Adamo, principal adjudicatario a escala nacional de las subvenciones comunitarias para extender fibra en áreas rurales (312.000 viviendas en 17 provincias), será la empresa que llevará a cabo el cableado en la Comunidad. Para ello, recibirá 900.000 euros, cantidad que completará con otros 400.000 de capital privado hasta alcanzar 1,3 millones de presupuesto total. El plazo para la instalación comenzará una vez que la resolución sea firme y finalizará el 31 de diciembre de 2024.
La fibra, clave frente a la despoblación
Los trabajos de Adamo marcarán un antes y un después en la vida de esas más de 3.100 familias cántabras, puesto que pasarán a realizar con garantías, con una conexión a Internet de calidad, actividades que hoy resultan de lo más habitual: teletrabajo, educación online, compras por Internet, citas médicas telemáticas o disfrutar de videojuegos, series y películas en remoto, entre otras. Ello sitúa a la fibra óptica como un elemento fundamental para fijar habitantes en el territorio, como una herramienta imprescindible en la lucha contra el fenómeno de la despoblación, un mal que afecta a numerosos pueblos cántabros.