Unidas por Santander (UxS) ha pedido al Ayuntamiento de Santander que la próxima comisión de cultura aborde una propuesta de denominar ‘Calle César de la Campa Alba (Cura)’ al vial que une la calle y plaza de Grupo Los Pinares.
Dicho vial aún no tiene un nombre distinto al de la numeración correspondiente y los vecinos han registrado ya 1.180 firmas, así como la propuesta de un grupo promotor en 2020, para reclamar que el antiguo párroco del barrio sea distinguido y recordado por su labor en el desarrollo del Grupo Los Pinares, no solo en el sentido urbanístico sino como proyecto social de integración.
En una moción registrada para el próximo pleno, UxS recuerda la figura de este cura, fallecido en 2015, y que fue un auténtico pilar para el barrio. “César de la Campa fue uno de los muchos que trabajaron, como otros curas de su época, en la búsqueda del ‘hombre nuevo’ en las sociedades modernas, trabajando a su alrededor para crear comunidad alrededor del respeto y la igualdad”, ha recordado con aprecio el concejal Miguel Saro.
Haciéndose eco de los deseos de los vecinos, Saro no cree que haya ningún problema para que los demás partidos políticos se unan en homenajear la figura de este hombre. “Es bien sabido que era un hombre que se implicó en el desarrollo de todos sus vecinos, especialmente aquellos que pasaban por más dificultades”, ha rememorado Saro. Así, ha puesto en valor todo el trabajo del párroco en el voluntariado con los más vulnerables, especialmente toxicómanos, “a quienes ayudó económicamente e integrándoles a través de la vida asociativa y deportiva del barrio que él ayudaba a fomentar”, y distribuyendo alimentos desde su casa a través del Banco de Alimentos de Cantabria, Caritas y Cruz Roja, o bien pagando recibos de suministros básicos de muchas familias.
“Hablamos de alguien que favoreció la participación de sus vecinos social y políticamente a través de movimientos asociativos y que buscaba la mejora de las condiciones de vida de la gente del barrio”, ha rememorado también el edil.
Desde su ordenación en el Seminario de Corbán y, sobre todo, tras su traslado a un barrio que entonces no tenía ni iglesia en 1976, César de la Campa desarrolló una intensa labor de inclusión social para los más desfavorecidos del barrio a través de procesos de formación permanente como el aula ‘Los Incas’, donde fomentaba valores de convivencia y promoviendo valores de equidad, respeto y tolerancia.
También fue muy relevante su labor con los mayores y los más jóvenes, con quienes estableció una extensa red asociativa a través del grupo scout, con los que realizó campamentos juveniles en Liébana y en otros puntos de las montañas cantábricas e, incluso, en Pirineos, donde aprovechaba para favorecer la integración de niños en posible exclusión social.