La Dirección General de Tráfico (DGT) inicia hoy y hasta el próximo viernes 26, una campaña especial de vigilancia y control de seguridad del transporte escolar,un servicio que en Cantabria utilizan habitualmente 16.221 estudiantes en las 520 rutas escolares que existen.
En el marco de esta campaña, que se va a desarrollar durante toda la semana, se vigila especialmente que estos vehículos circulan a la velocidad permitida y que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción, ya que los siniestros más habituales en los que se ven involucrados los autobuses escolares están causados principalmente por circular a una velocidad inadecuada o por distracciones. También se realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores.
Además, debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso de estos en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados.
Por supuesto, tanto los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, como los de las policías locales de aquellos municipios que han decidido sumarse a la campaña, intensificarán las inspecciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener son los correctos para la prestación del servicio. Verificarán también, que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo sean los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.
En Cantabria, donde hay censados 606 vehículos para la realización de estos servicios, se controlaron 93 vehículos y se realizaron 54 denuncias, la mayor parte de ellas relacionadas con deficiencias en la documentación. Durante la campaña desarrollada el año pasado.
UNA NORMATIVA MUY EXIGENTE
El transporte escolar está sometido a una serie de normas de cuyo cumplimiento depende en muchos casos la seguridad de sus pequeños pasajeros, por lo que es responsabilidad de todos exigir que estas se cumplan, ya sea a través de campañas como esta, de los centros educativos o de las asociaciones de padres que se encargan de contratar las rutas.
Entre otras cosas, desde el 20 de octubre de 2007, los autobuses que se matriculan deben llevar obligatoriamente instalados sistemas de retención (actualmente los llevan más del 60% de todo el parque de este tipo de vehículos), ya que el cinturón de seguridad es útil en cualquier trayecto, ya sea corto o largo, urbano o interurbano.
Además, dado que las colisiones laterales y los alcances suponen el 40% de los siniestros de este tipo de vehículos, desde 2013, todos los nuevos vehículos deben contar también con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión.
A nivel nacional, según datos del Instituto Nacional de Estadística citados desde el Observatorio del Transporte de Viajeros por Carretera, más de 200.000 estudiantes usan el autocar escolar para desplazarse a su centro educativo. Por tanto, aunque las tasas de accidentalidad son bajas, garantizar la seguridad en el transporte por carretera de viajeros y, en particular, en el transporte escolar resulta prioritario.