La consejera de Empleo y Políticas Sociales, Eugenia Gómez de Diego, ha puesto en valor el papel que juegan las empresas de inserción en la economía de Cantabria y su "vital contribución" al conjunto de la sociedad, por las sinergias que son capaces de generar y su contribución a la integración de aquellas personas que no encuentran un hueco en el mercado laboral.
La titular de Empleo ha hecho estas declaraciones durante su visita a las instalaciones del grupo Koopera en Cantabria, un proyecto social de Cáritas que en nuestra región da trabajo a 16 personas, con la recuperación reciclaje y venta de productos textiles y que cuenta con dos tiendas de ropa de segunda mano en Santander y Torrelavega.
Durante la visita, la consejera ha estado acompañada por la directora de Cáritas Diocesanas, Sonsoles Huete, la secretaria, Raquel Menéndez; y la responsable del programa Koopera en Cantabria, Amagoia Mendieta, quienes le han explicado todo el proceso de producción de esta empresa.
Gómez de Diego ha mostrado su interés por conocer más de cerca este proyecto y ha señalado que tanto esta empresa como la organización −con la que el Gobierno de Cantabria colabora con ayudas que en estos dos últimos años han sumado los 700.000 euros− son un ejemplo de colaboración y de cómo una empresa de inserción social es un ejemplo de sostenibilidad ambiental.
La consejera ha dicho que es necesario "un mayor esfuerzo de concienciación" para seguir aumentando el reciclaje, que se encuentra en las 1.200 toneladas de ropa al año. "Lograr llegar a números más grandes y concienciar de la necesidad de no tirar los textiles, que son muy contaminantes, que se puede reciclar absolutamente todo".
Desde el Gobierno de Cantabria -ha señalado- "vamos a seguir apoyando e impulsando a las empresas de inserción social, como Koopera, con una plantilla de 16 personas de las que 9 son personas trabajadoras que tienen dificultades para encontrar trabajo y que, tras esta experiencia laboral y de formación, mejoran sus competencias y habilidades se integran plenamente en el mercado laboral ordinario".
Proyectos como este, ha añadido "demuestran que es social y económicamente viable crear empleo en personas con graves dificultades de inserción laboral o en riesgo de exclusión social".
Su labor tiene un impacto social muy positivo "puesto que hay un abrumador éxito de personas que transitan hacia el mercado laboral ordinario, gracias a la labor de este tipo de empresas de la economía social".
Gómez de Diego se ha comprometido a "seguir apoyando a las empresas de inserción laboral y a trabajar en una sociedad más inclusiva capaz de crear empleo estable y de calidad para todos".
El destino de las fibras textiles
Koopera inicia su andadura en 2013 en Cantabria dentro de un proyecto nacional de inserción de personas a través del reciclaje de ropa usada. Una economía circular que como explicaba Sonsoles Huete, "es real desde que abrimos un contenedor y echamos allí una bolsa con ropa, que tras un laborioso proceso llega a las tiendas para tener una segunda vida".
El proceso es laborioso y en este trabajo se produce el acompañamiento a personas vulnerables que no tendrían oportunidad de encontrar un trabajo normalizado. Con contratos de una duración de uno a tres años, estas personas reciben además formación y asesoramiento para encontrar sus habilidades y conocimientos prácticos para integrarse al mercado laboral.
"La economía circular es economía donde pensamos en la naturaleza, donde pensamos en la ecología, pero sobre todo en las personas, para Cáritas el centro es la persona y en este proyecto lo mismo", ha añadido Huete.
Cada uno de los trabajadores participantes en este proyecto cuenta con un itinerario de inserción. Así, con los trabajadores extranjeros se trabaja prioritariamente el idioma, también currículo y competencias generales para acceder a un puesto de trabajo; pero también se buscan cursos relacionados con el trabajo como son escaparatismo, atención al cliente, sobre logística, transporte, carnet de conducir o curso de carretillero.
Koopera tiene 201 contenedores repartidos por toda Cantabria y recoge la ropa con dos furgonetas y un camión, con descarga manual del producto para que el textil sufra lo menos posible.
La ropa que se recoge en Cantabria pasa al centro de selección ubicado en el País Vasco donde se selecciona la ropa que puede tener un nuevo uso y se separa de aquella cuyo destino será la recuperación para usos tan variados como puede ser la industria del aislamiento en construcción o nuevas fibras textiles para la elaboración de ropa nueva.
Koopera además cuenta con la colaboración de las grandes empresas textiles, también de ropa deportiva que les donan la ropa nueva que se ha quedado en sus almacenes.
Entre las inversiones de la empresa para mejorar sus procesos productivos está la instalación de sensores de llenado en todos sus contenedores y la puesta en marcha de programas que optimicen las rutas de recogida de la ropa en función de su nivel de llenado.
Según han explicado durante la visita, el pasado año, la venta de topa en las tiendas Koopera ha sufrido un incremento que oscila entre el 20 y el 40%, con nuevos compradores más jóvenes que están más sensibilizados con el medio ambiente y que también saben que encontrarán ropa de calidad a muy buen precio.