El Grupo Parlamentario Regionalista quiere que el Gobierno de Cantabria cree un carnet de voluntariado como instrumento de identificación y reconocimiento a las personas que desempeñan esta “labor social, solidaria y participativa”, que les permita acceder además a descuentos y ventajas en todos los centros culturales, turísticos y demás instalaciones públicas dependientes del Ejecutivo.
Así lo recoge una proposición no de ley que la diputada Rosa Díaz ha registrado en el Parlamento, con la que también insta a la elaboración, en el plazo de tres meses, de un proyecto de Ley de Voluntariado de Cantabria como “herramienta normativa necesaria para regular la organización, funcionamiento, identificación, reconocimiento y promoción de la acción de los voluntarios en todos los ámbitos”.
Con estas propuestas, en vísperas del Día Internacional de los Voluntarios, que se celebra el próximo 5 de diciembre, el Grupo Regionalista pretende que las instituciones públicas cántabras cumplan su “deber” de reconocer “la gran labor altruista” de los voluntarios, como “beneficiarias del gran trabajo social que desarrollan y del fortalecimiento democrático que supone para el conjunto de la sociedad”.
Rosa Díaz asegura que su propuesta “está a la altura de la sensibilidad que Cantabria ha demostrado siempre hacia la acción social solidaria del voluntariado”. “Siempre hemos sido muy conscientes de la necesidad de fortalecer nuestro tercer sector social que hoy ocupa un lugar preferente en la acción pública de las instituciones de Cantabria, en reconocimiento al insustituible trabajo en defensa de las personas más vulnerables de la región que desarrollan los voluntarios en diferentes ámbitos, asumiendo un papel fundamental en el desarrollo de la solidaridad social que cada vez en mayor medida requiere la sociedad globalizada”, ha explicado.
Asimismo, ha destacado que, en ámbitos como la Protección Civil y la Cultura, la Comunidad Autónoma ha desarrollado una destacada labor para promover esta actividad, así como su organización y formación, aunque considera que los nuevos desafíos de la sociedad contemporánea en materia de participación democrática activa determinan la necesidad de “avanzar en la identificación, reconocimiento y promoción de la actividad y la cultura del voluntariado en sus múltiples aspectos.
Para los regionalistas, esta tarea en la actualidad va más allá de la labor social y asistencia y se dirige hacia “nuevas tareas activas de participación democrática desde la perspectiva de la realización personal, la ética de la responsabilidad individual y el servicio comunitario”.