Cantabria ha creado ya un grupo de trabajo para analizar y abordar las principales necesidades y demandas de las personas que padecen diabetes mellitus, del tipo que sea, en la región, y lo hará en estrecha colaboración con la Asociación Cántabra de Pacientes (ADC).
Así lo ha confirmado el consejero de Salud, César Pascual, durante el primer encuentro institucional con el presidente de la ADC, Aureliano Ruíz Salmón, para conocer de primera mano las demandas y preocupaciones del colectivo de pacientes al que representa.
Durante el encuentro, que Ruíz Salmón ha calificado de "productivo y esperanzador", éste ha trasladado a Pascual las quejas por la pérdida de calidad de las agujas para inyectar la insulina, "que hacen daño".
Un aspecto que el consejero se ha comprometido a solucionar porque "el material necesario para el autocuidado del paciente diabético es clave para mantener controlada la enfermedad y mejorar su calidad de vida". En la reunión también ha participado la secretaria de la ADC, María Sáez.
Además, el departamento que dirige Pascual reforzará el apoyo a las personas con diabetes mellitus tipo 2 insulinizadas e implementará acciones de comunicación y sensibilización, coordinadas entre la Consejería y el Servicio Cántabro de Salud, con la participación "indispensable de los colectivos de pacientes".
En Cantabria, tal y como se ha puesto de manifiesto, hay aproximadamente 70.000 personas con diabetes mellitus y más de 450 pertenecen a la Asociación Cántabra de Diabetes, que se fundó en 1981 para servir de ayuda a estas personas y a su entorno.
Para ello, proporcionan información general sobre la diabetes, asesoran en aspectos legales y/o laborales y desarrollan distintas actividades divulgativas para dar a conocer la enfermedad.
La Asociación está integrada en la Federación Española de Diabetes (FEDE) y en la Federación Cántabra de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE-Cantabria).